9.5.16

El Diario del Negro - Reunion de los 35 años

José Cisneros






27 de Junio del 2002

Qué rápido pasa el tiempo, con una aceleración que la hubiese querido ver cuando tenía que soplarme las clases de matemáticas, física y química, en las cuales –todos saben- no fui exactamente un alumno destacado. En esos días mi concentración no estaba en el Frentón explicándonos el triángulo isósceles, o en el Chanchito con la fórmula del ácido sulfúrico, sino en el lentísimo minutero del reloj de la clase, así como en el observar por la ventana el momento en que el cura Roberto Knopp se acercaba a la Secretaría para tocar el timbre de recreo…qué alivio, qué felicidad, ¡¡¡qué delicia!!!

En aquel entonces cómo deseaba que el tiempo volase, mas ahora constato que voló bien rápido y ya han pasado treinta y cinco años. Por eso mismo la Chaminade 67 ha venido preparando este fin de semana de celebración en Trujillo y mañana nos vamos para allá. Lo único que nos ha desconcertado y bajado un poco el alboroto, ha sido que el Chilalo (…con quién siempre el alboroto es mayor) nos ha anunciado que no va a ir. Pocho le cree la excusa de que se debe a una entrevista ineludible de trabajo. El Perro dice que ni cagando, que lo que pasa es que es un pisado al que la novia no lo deja ir (…pienso que algo de eso hay). Para el Loco el asunto se debe a que tiene que cuidar a las hijas el sábado en la noche (…le han salido cueritos y hay demasiados marabuntas sueltos …algo de eso también hay). Pero la verdad, la verdad es que sigue con arresto domiciliario por el asuntote de las cutras del banco y los fines de semana lo enmarrocan al catre.

Es una lástima que el Chilalo no vaya, el siempre es el que pone de la buena, lleva la batuta en la chacota, me agarra de punto a mí, y despierta en todos un cariño transgenérico hacia él. Como se acerca su cumpleaños (…3 de Julio) ya veremos cómo celebrárselo, le bajaré un billete a sus custodios y lo podremos sacar un rato de su casa.

28 de Junio del 2002

Hoy día salimos para Trujillo, el punto de reunión es a las 9.30 am en casa del Can, el cual ira con Linda su entrenadora. Gastón Romero de la Puente y Belaunde está poniendo un bus de turismo que dice que tiene hasta jacuzzi, aparte de bar y baño. Pienso que el jacuzzi no nos será necesario, mas lo segundo y tercero por cierto que sí. El único que no chupa es Tito porque Gaby, dulcemente no lo deja, a todos los restantes hay que quitarles la teta de la boca.

A las 10.30 am salimos todos los que fuimos en el bus: Aldo y Linda, Pocho y Rocío, Tito y Gaby, Micky y su hija Sheila (…que pena que sólo tuviese 16 años), Rody (…que cumplió su amenaza y vino de Denver), Guillermo (…rogamos porque pudiese controlar sus esfínteres), Gastón y yo.  Por avión fueron el Pamper, Amalia y Jaime (…el cual evaluó costo beneficio y decidió que más dinero ganaba vendiendo motores en la mañana y yéndose en avión por la tarde).

No bien salimos y ya el Marrano Roger me estuvo llamando por el celular para preguntarme a qué hora llegábamos. Por cierto, la misma expectativa que tenía él y los otros trujillanos por vernos, la teníamos nosotros por verlos a ellos. Siempre todos nos quisimos mucho y este fin de semana ya estaba siendo emocionalmente especial para cada uno de nosotros.

Como era de imaginar, todo el viaje fue el deshueve. Rody y Guillermo, cual muppets, se apoltronaron en dos asientos de adelante y no se movieron ni para el baño (…el Abuelo estuvo bien fajado). Conversé buen rato con Sheila y vi que no sólo era de cara bonita, espiritualmente lo es por igual, a Micky lo quiere no se imaginan como, y a él la baba se le cae con la misma magnitud, lo felicito porque cariño nunca le va a faltar…se lo merece.

Tito y Gaby mostraron fotografías de un viaje a Suiza y Grecia del cual habían acabado de regresar. La verdad que Tsekub, con la cara cada vez más vieja que está adquiriendo, se le veía en las fotos como un rezago sobreviviente de los tiempos helénicos. Entre la arribada de las Europas y la salida para Trujillo, el lapso se le hizo muy corto y no le dio tiempo para remojar la cabeza en Miss Clairol, por lo que estuvo con los cañones blancos en contraste con el marrón medio caoba que ahora ha adoptado por color de cabello.

Durante el viaje no paramos en ningún momento por lo que nos alimentamos sólo con: chocolatitos suizos y whisky escoses. El Marrano no dejó de llamarnos por el celular así que, cuando ya estábamos a la vista de Trujillo, le dijimos que diese la orden para que encendiesen los castillos, la banda de Moche comenzase a tocar “Trujillano soy” y la del B.I Pucará # 37 el “Concha Perla”.

Arribamos a las 6.45 pm y directamente nos dirigimos al Hotel El Golf donde nos hospedaríamos. Allí ya encontramos al ex-Enajenado con Amalia y también al Pamper, al cual no sé cómo su mujer lo deja andar solo (… la carne tienta y el espíritu es tan flaco como él) aunque –tal vez- pudiese ser que sólo se trate de pensamientos cochinos míos. Dios me perdone por la falta de fe en la virtud de mi amigo.

Quedamos en reunirnos en el lobby a las 8.00 pm ya listos para irnos al Club Central donde nos reuniríamos con los anfitriones. Nos repartimos en nuestras habitaciones y, a falta de esposa propia, me tocó de roommate a Rody, cosa que puede ser tan estresante como el martilleo al oído de una esposa jodiendo. Mas, como ya habíamos comentado en el ómnibus, a éste lo encontrábamos grata y sorprendentemente tranquilo, maravilla del cielo que atribuíamos a una de estas tres posibles causas: Primero, los años transcurridos le trajeron la cordura que no pudieron ni las lágrimas de su mamá, ni las amenazas del Cachaco Guevara, ni el dejarlo calato tirado en la nieve de San Luís. Una segunda podría ser que la transculturización sufrida a lo largo de treinta y dos años de vivir entre gringos lo habían tornado cuasi-cojudo. Y una tercera que nos dejó preocupados, fue el que hubiese sufrido una isquemia cerebral, quedando condenado a ser un lento.

Fuese lo que fuese, el asunto es que lo encontramos sumamente llevadero, por lo cual no protesté por tenerlo de roommate, más bien sirvió para tener excelentes ratos de conversación que no habíamos tenido por tantos años. La única observación fue que roncaba como tren de sierra, felizmente yo me duermo rápido y profundo.



Como era de suponerse, no nos presentamos al Club Central a la hora acordada donde ya nos esperaban para darnos un cálido recibimiento: Diego y Carolina, Roger e Hilda Rosa, Richard y Cecilia, Carlos y Nena, Victor G. y Sra. y Eduardo +. Los encontré deteriorados en razón directa a la simpatía que desplazan, es decir…un huevo.

Roger, obsequioso por naturaleza, estaba ofreciendo toda la velada así que –como era de imaginar-  fue a todo meter. Comenzamos con las fotografías formales de rigor que salieron estupendas (…parece que el fotógrafo me tuvo muy en cuenta y supo jugar bien con el flash pues, se me nota bastante claro) La cena fue a la luz de candelabros de 24 velas, donde a las damas se les vio más bellas que nunca, mientras que los claros y oscuros del parpadear de las luces hacían que el Flaco y Tito pareciesen personajes de la Familia Monster en una nocturna cena en Transilvania. Mas si Abelardo (clon del Tío Cosa) hubiese estado presente así como el Cupisnique Radas, el aquelarre habría estado completo.

El Club seguramente tuvo que reforzarse también con toda la cubertería que los socios tenían en casa pues, se dispusieron tantos cubiertos para cada uno de nosotros como nuevos cabellos tiene Micky desde 1995. Ese fue el mejor anuncio que el menú seleccionado para la ocasión sería como para Cena de Coronación, y así fue. No obstante, las dos entradas servidas y los dos platos de fondo, al Abuelo le quedó suficiente espacio para aceptar que le pasasen los respectivos lomos en salsa bernaise, que a su diestra y siniestra Pocho y Diego habían desistido de engullírselos (…viejo que come no muere). El mousse de lúcuma estuvo magnífico y los tintos españoles y los blancos franceses exquisitos. Aldo dirigió una oración al inicio y, posteriormente, las palabras de rigor fueron dadas por Hilda Rosa y quien escribe (…todos resaltaron que mi color oscuro no era óbice para que dirigiera la palabra en cena de blancos).  En ellas hice un recuerdo de los ausentes y resalté la necesidad de explicitar los sentimientos que guardamos, siendo justamente por ellos, el que entre nosotros mantuviésemos tanto cariño; fui muy bien secundado por palabras de Aldito. Rody también hizo mención del bienestar que sentía por estar reunido con nosotros (…y nosotros con él, por cierto).  Para el plus café servido en el patio ya hubo poco espacio y menos cabeza, así que siendo las 11.30pm…calabaza, calabaza. Unos a sus casas, otros al hotel y Gastón…a hacer las estaciones de discoteca en discoteca.

En una, dizque muy decente, encontró a una morena glamorosa, de verdes ojos, pechos desbordantes, perfilada cintura, cimbreantes caderas y culo de perdición. Aunque era fornida, de mandíbula cuadrada, voz gruesa, bíceps marcados y piernas ásperas, nuestro Gastoncito no sometió a la morena a elemental certificación para ver si ésta venía con sorpresa o no. Sacro error que lo pagaría con su billetera, un ojo morado y su pudor casi perdido, pues al salir con ella (él… en realidad) con dirección a un hostal al costadito de la Catedral, donde pensaba pasaría una noche de pasión delirante; lo esperaban otros dos negrazos –tipo prófugos de la Isla del Diablo- que lo cargaron en vilo y lo introdujeron a un Tico que llevaba en el parabrisas delantero la inscripción: “Vamos pa’ Chincha familia” y en el posterior: “Protégeme Beatita de Humay”. Lo llevaron a la playa de Buenos Aires y si no hubiese sido por sus llorosas y emotivas súplicas hincado de rodillas, hoy día estaríamos teniendo a un Gastón con el ano desbocado, pues los morenos habían decidido pasarlo por las mismas armas que él mismo pensó usar con la despampanante morena esa noche que terminó tan accidentada para él.

Nota. - No sentó denuncia policial al saber que habría tenido que someterse a examen de Médico Legista, asunto mismo que nos ha dejado dudas sobre el total y verdadero desenlace del incidente. Como nadie habló, callaremos para siempre.


29 de Junio del 2002

Nuestro segundo día de celebraciones.

El que Rody, mi roommate, muestre ahora un catatónico comportamiento no le ha quitado la locuacidad que siempre adoleció. Por eso mismo, a pesar de que habíamos conversado hasta las 2.00 am, cual toque de diana, a las 6.00 am comenzó a hablar de nuevo, por lo que tuve que dejar de dormir. Teníamos la mañana libre hasta la 1.00 pm en que nos iríamos a la casa de Roger para un almuerzo que ese día también nos ofrecía a todos. En el intermedio salimos individualmente a la ciudad, Gastón se quedó a tomar sol al borde de la piscina con un bistec crudo en el ojo, mientras que el Loco y Amalia pedían el desayuno al cuarto y colocaban en su puerta el cartelito de: ¿¿¿Please do not disturb…??? ¡¡¡…buena Locazo!!!

A la 1.00 pm en punto nos reunimos todos y nos dirigimos a la casa del Marrano que está a unas cuantas cuadras del hotel. Fueron llegando los restantes mientras hacíamos correr por nuestras gargantas, uno tras otro, pisco sours que estaban fuera de serie. Rony Grijalba también asistió con su señora, detalle que le sumaría aún más simpatía al evento. Y por cierto que fue todo un gran evento. Los almuerzos en casa de Roger siempre tienen rasgos fellinescos, hay abundancia de: comida, bebida, diversión y simpatía. Si los ubicásemos en épocas romanas, seguramente que también tendrían: enanos saltimbanquis, vaporosas bailarinas, leones... y yo estaría jodido…me tendrían de negro esclavo abanicándolos con plumas de avestruz. De todas maneras, un buen rato Carolina Ganoza, Aldito tu papito y yo, nos pegamos a los micrófonos instalados y nos dedicamos a apoyar al sobresaliente e incansable cantante y su piano electrónico, contratados para no dejarnos un segundo sin música del recuerdo. Todos cantamos, bailamos, comimos, chupamos, reímos y nos sentimos felices de seguir siendo hermanos escogidos por algo más de tres cuartas partes de nuestras vidas.

Como la gula no está dentro de la lista de pecados capitales de los Gabuteau, a las 8.00 pm se sirvió un chifa que compitió en exquisitez con el lechón y cordero asado al carbón que habíamos almorzado. A eso de las 10.00 pm las esposas presentes estaban con caras de “ya vamos” mas tuvieron que esperar a que acabase una rueda de conversación que como acto final estábamos realizando en la terraza. Y así a las 11.30 pm nos retiramos a nuestras madrigueras.  Pero cómo son los contrastes generacionales: estábamos de entrada al hotel mientras que Sheyla, la adolescente hija de Micky, estaba de salida con la menor hija de Roger, las cuales habían congeniado muy bien. Micky puso cara de “aquí no pasa nada, no hay de qué preocuparse” pero con las mismas nos dijo al Flaco, Jaime, Pocho y a mí, que nos quedásemos en el lobby matando una etiqueta negra que aún asomaba contenido, mientras “su bebé” terminaba de darse una vueltecita por la Plaza de Armas.

Bueno, yo a la 1.30 am me fui a acostar recordándoles a todos que a las 6.00 am el punto de reunión era en el número ciento nueve, mi dormitorio, para ver la final del Mundial. Y así fue, a esa hora nos reunimos: Gastón, Aldo, el Chino, Rody y yo…partidazo, ¡¡¡qué bien que ganó Brasil!!!

A las 11.00 am era la hora de congregarnos para irnos a Huanchaco a almorzar pescado como actividad final antes de enrumbar para Lima. Momentos antes se aparecieron Diego y Roger, el cual bajó cuatro botellas de Moet & Chandon Brut, la manera más fina de empezar el día.

Ninguno de los presentes lo sabía, mas ese día se celebraba también el Día del Orgullo Gay y fue el mismo Roger que ¿¿¿propuso un solemne brindis por la fecha…??? Tan machito que parecía y ya le entró al asunto…a la vejez viruela.

Preguntábamos por los Antúnez que estaban siendo los rezagados cuando una de las damas presentes, muy en voz baja y con una sonrisita medio cómplice, reveló que Amalia les había contado que se había venido provista de una lingerie de cuero negro con cadenitas plateadas, botas altas taco doce, látigo y dos pares de marrocas. Para su Gordi había traído una trusita hilo dental, también de cuero negro. Y para tenerlo despierto y en movimiento, de las Guaringas le traía un blended de miel de abeja reina, pusanga charapa de guanarpo macho etiqueta negra, todo reforzado con maca cuzqueña Premium extra-forte. Entendimos la situación que, parece, había comenzado a la hora del final del mundial (…mañanera la parejita) y dijimos: Dejémoslos en su faena y ya cuando lleguen a Huanchaco, considerando que el Loco llegará cual limón de emolientero, le enchufaremos un chopp de leche de tigre para empilarlo de nuevo. Y es así como todos enrumbamos para la playa dejando a los Antúnez en sus circenses contorneos…¡¡¡buena Locazo!!!

A Huanchaco lo encontré pintoresco como siempre, no lo veía hacía como seis años y, con el agradable sol del día se resaltaba más el carácter de cálido balneario para descanso.

Nos estábamos ubicando en el restaurante cuando nuestra primaveral parejita llegó en taxi. Amalia traía cara de no haber dejado ninguna fantasía en cartera y Jaime una cara de caballo de cuatrero. El almuerzo marino liviano y fresco como sólo se sirven en las playas norteñas: cebiches, tiraditos, mariscos en salsas, al ajo, guarniciones criollas de choclo, camote y yuca; las damas con cerveza trujillana y los varones con botella tras botella de un bien afiatado blanco francés a 8 grados. Amalia ya con el pulso estabilizado, retomó su labor de fotógrafa que tan bien y oportunamente había desempeñado a lo largo de estos lindos días. Dirigimos unas palabras de agradecimiento a los trujillanos, a todos los presentes, e hicimos entrega de un pequeño presente de plata a Roger e Hilda Rosa por las finezas y atenciones que nos habían prodigado a todos. El, a la vez, resaltó la identificación de Rody con el grupo por haber venido desde Denver para estar con todos. Micky comprometió al grupo para que antes de fin de año, lo dejasen ser anfitrión en un nuevo encuentro, esta vez, en su heroica Tacna. Tacna prepárate porque vas a ver a Aldo y Chilalo trepándose en tu Arco en un “a ver quién llega primero” y a Pocho queriendo ir para Arica a dar un solemne y patriótico discurso desde lo alto del morro, alegando que Perú llega hasta Atacama. En ese momento, en mi interior, sentí mucha nostalgia al saber que ya no estaré para presenciar esas magistrales borracheras ni para dar fe a la posteridad de todos estos hechos a través de las crónicas de mi querido Diario; sé que habrá otro que no dejará de hacerlo.

Ya siendo las 2.45 pm vimos que era hora de enrumbar de nuevo a Lima así que nos despedimos allí mismo, en Huanchaco quedaban los trujillanos y la primaveral parejita que volaría horas más tarde. Aunque no han contado qué hicieron en ese interín, pienso que fue ya un relajado turismo citadino pues igual que Chilalo, el Gordi este próximo Miércoles 3 cumple cincuenta y dos años y ya no está para tanto trajín amatorio.

En este viaje de regreso nos acompañó la Sra. Jessica, mamá del Can. y su sobrina. También el Pamper que de rato en rato pegaba sus ronques mientras Micky lo zarandeaba para preguntarle qué estaba soñando (…qué ladilla, el Flaco lo quería matar). Las tías presentes: Linda, Gaby y Rocío dormían; Sheyla hacía figuritas de papel, mientras que los cincuentones estaban en una lora incontenible. Pero eso sí nadie chupó, sólo Coca Cola. El bus turístico de Gastón se portó como Rolls Royce, así que el gris panza de burro del cielo nos anunciaba que nos acercábamos a Lima. Y a las 10.30 pm, la humedad que en forma de neblina formaba fantasmagóricas figuras con el reflejo de las luces de los postes, nos anunció que habíamos llegado a Lima. Nos dirigimos a la casa de Aldito, punto de partida y llegada.


Ya en mi cama esa noche, habiéndome puesto una suave y mística música de coro y flauta, recorría mentalmente todo ese inolvidable fin de semana y le dije a Dios:  Gracias por haberme dado la vida, gracias por haberme dado todo lo que me has dado, gracias por haberme dado a mis amigos, no te puedo pedir más.

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